“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
El Día Mundial de la Salud Mental se celebró ayer 10 de octubre, y este año su lema no podría ser más apropiado: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”. Sin duda, el bienestar psicológico de la gente se ha venido deteriorando con el pasar de los años. Una nueva encuesta de Gallup muestra que el 44 % de los latinoamericanos se siente con más estrés laboral, por encima de la media mundial que es del 41 %. Esto demuestra que en la región el bienestar laboral es muy escaso. Ante este panorama, urge ponerle el foco a quien sufre porque de lo contrario las consecuencias serán irreparables. Lamentablemente, las organizaciones aterrizan en esta cuestión sólo cuando surgen problemas concretos. La ausencia de un clima laboral idóneo puede causar estrés, depresión, agotamiento y ansiedad, además de desencadenar el síndrome de ‘burnout’, aquel que nos señala que tenemos agotamiento mental. Es imperativo tomar en cuenta que un empleado sano es un recurso productivo e identificado con la empresa. Los líderes deben inyectar a la gente un sentido de propósito, y mostrarles que tienen una misión más que solamente ganar dinero. Es necesario favorecer climas de trabajo agradables - tanto para directivos como para empleados-, hay que neutralizar las comunicaciones agresivas internas y los rumores. Los trastornos mentales son un problema invisible: hay que luchar contra la discriminación y el estigma. Solo con un enfoque integral y mancomunado - a nivel de empresa- se podrá ayudar a cada individuo. La prosperidad empresarial supone el desarrollo del país. Por más salud y más crecimiento.