Decenas de famosos alabaron este lunes el estilo de los dandis negros y lucieron conjuntos de sastrería extravagantes en su honor en el preludio de la...
- 15/08/2018 02:00
Cambiar el modelo
La sociedad panameña ha sido envenenada por años. Y no es un fenómeno único de Panamá, mas este país puede ser uno de los que mejor salga de esta vorágine de corrupción, intolerancia, juegavivo, etc., en la que ha caído. Con el golpe de Estado del 68, el país entró en un régimen dictatorial, pero el plan inicial que se impuso masificó escuelas y se fomentó el florecimiento de la clase media. Se logró darle participación a mucha gente de la clase baja y se recuperó el Canal. Con sus altas y bajas, el proceso revolucionario fue más inclusivo, pero cuando su máximo líder decidió dejar las botas y los cuarteles y someterse a una elección democrática, inexplicablemente terminó muerto en un accidente aéreo. Desde la muerte de Torrijos hasta la invasión, el país fue a la inversa y en franco deterioro. Con Endara, Panamá volvió a un sendero de tranquilidad, porque los panameños asumieron que la democracia traería más justicia, más desarrollo, más igualdad… Los hechos han demostrado que la casta insaciable que motivó el golpe del 68, volvió a sus andanzas y hoy se vive en una caricatura democrática. La Justicia, la Asamblea, el Ejecutivo, todo está manchado de cuestionamientos y decepción y falta de transparencia. El remedio está en la propia sociedad, pero requiere de liderazgos que permitan hacer una transición hacia la decencia. Cambiar el modelo político que ha colapsado y establecer nuevas reglas que generen confianza a la población. Cierto, no es una tarea fácil ni rápida. El país ha sido envenenado por años y el remedio tomará su tiempo en hacer efecto. Pero hay que hacerlo, porque de lo contrario, Panamá seguirá enfermando, al estar en manos de tantos parásitos.