El líder chavista indicó que el Gobierno de Estados Unidos “agredió al mundo con una guerra arancelaria totalmente ilegal, que rompe la legalidad de la...
En pocas horas, el mundo celebrará la llegada de la Navidad, una fecha en la que se conjugan las emociones y sentimientos enlazados en el más significativo de los hechos de la Cristiandad: el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. La esencia, lamentablemente, se ha ido perdiendo envuelta en la vorágine de las compras de fin de año y el ‘interés' por destacarse con el mejor regalo. En síntesis, nos sumergimos en el universo del consumismo puro, donde lo comercial prima y la verdadera celebración se diluye. Todo esto ha transformado el llamado ‘espíritu de la Navidad' en un simple estado de ánimo. Es gastar, beber y festejar. La mirada de compasión hacia los que poco o nada tienen puede llegar a convertirse, simplemente, en un gesto hipócrita. >p< Panamá no escapa de esto. Centros comerciales abarrotados, gente apresurada por las calles y avenidas, intransigencia y hasta insultos por un espacio en la fila de pago o para el estacionamiento del automóvil. >p< La Navidad es la celebración del amor, en él está su auténtico significado, razón de ser y de existir. A esto, unimos caros valores humanos, como la solidaridad, la unidad, la alegría, la celebración en familia y, por sobre todo, la paz entre cada uno de nosotros. >p< Bajemos un poco la velocidad… hagamos pausa y reflexionemos acerca de lo que significa la Navidad: el más puro acto de amor, de aquel que vino al mundo a expiar nuestros pecados.