Democracia política

La democracia no es un concepto sino un proceso del que todos hablan, pero nadie cumple. Rousseau decía que “en el instante en que un pueblo permite ser representado, pierde su libertad”. En muchos países, democracia es sinónimo de sufragio universal. De igual manera, los partidos políticos se jactan de democráticos al elegir sus candidatos en una intrapartidaria. En ninguno de estos casos existe consulta ciudadana. Los ciudadanos solo firman un cheque en blanco que renuevan cada cinco años y el gobernante electo asume un poder casi absoluto, a veces despótico. ¿Cómo romper esa enraizada costumbre? La respuesta no puede venir de los partidos políticos en su juego de gobierno-oposición. Surgirá cuando el ciudadano entienda y ejerza su rol protagónico, porque sin su participación permanente no se podrá edificar la democracia.