La solidaridad

El mundo atraviesa tiempos en que los valores son más que nunca trascendentales. Uno de ellos es la solidaridad, un acto que en su esencia significa apoyar incondicionalmente la causa de los demás, colaboración mutua, sobre todo en situaciones difíciles. Vemos a diario crisis migratorias, pobreza, adultos mayores abandonados..., escenarios en los que es imperativo el rescate de este valor. Tengamos en cuenta que la solidaridad se manifiesta de forma espontánea y libre; si se impusiera dejaría de ser un valor. Nadie da lo que no tiene. Ante esto, para afianzar la solidaridad en la sociedad se debería poner el foco en educar a los niños en la sensibilidad ante el dolor ajeno, informarles del problema de la inmigración, sus causas, e inculcarles valores humanos contra el racismo, el machismo, la xenofobia. Si de pequeños ya vienen formados, de mayores practicarán lo que necesitamos. Una educación basada en el respeto y la colaboración es la clave para formar adultos sensibles y solidarios.