“Maleantes”, “vándalos”, ¡qué triste!...

Otrora, ‘cuando salían a la calle, el pueblo los apoyaba', comentaba ayer un tuitero sobre el Instituto Nacional y sus históricas manifestaciones; y es cierto, porque el Glorioso Nido de Águilas era fuente y a la vez catalizador de las demandas del pueblo. Aún en medio, o sobre todo, de la dictadura militar, los aguerridos aguiluchos salían a las calles o se manifestaban con escritos sobre los diferentes problemas nacionales. Estaban organizados de manera excelente y, como se dice, ‘daba gusto' escuchar a los dirigentes. Eran jóvenes, de ambos sexos, que se esmeraban por las mejores calificaciones para ser un buen ejemplo para sus compañeros y estaban al tanto de todos los temas que eran importantes para el pueblo, porque ellos eran parte de ese pueblo y no podían callar, sobre todo cuando la mayoría callaba. Hoy, da tanta tristeza que tenga razón alguien cuando habla de ‘un grupito de maleantes, de vándalos' que es por lo único que salen hoy en las noticias. Sabemos todos que es ‘UN GRUPITO', por tanto el llamado al resto, a la mayoría, retomen su sitial en la historia que escribimos ahora. ¡Por la gloria institutora!