• 21/01/2016 01:00

El fin: acabar con la impunidad...

Mientras haya gente, habrá corrupción. La vida es una lucha constante entre el bien y el mal 

Mientras haya gente, habrá corrupción. La vida es una lucha constante entre el bien y el mal, lo bueno de esta realidad es que el bien, aunque no siempre gane, es lo que buscamos las mayorías en todas las sociedades. Por ello muchos nos movemos —o decimos movernos— en dirección a acabar el mal, y levantamos la voz, denunciamos los actos de corrupción, que no son más que maldad de unos pocos, pero esos pocos salen bien librados porque a la corrupción, maldad, se une la impunidad. Pero esta, la impunidad, sí podemos acabarla, si logramos que nuestras sociedades se alcen ante la corrupción, garantizando el castigo, haciéndolo posible y real. Países hermanos como Honduras y Guatemala están haciendo camino en ese sentido. Quizá se sienta raro que de afuera vengan a decirnos cómo corregir las cosas, pero es positivo en dos sentidos: hacemos una cruzada regional contra la corrupción e impunidad y tenemos garantía de que parentescos y amiguismos no echen por tierra el fin de castigar a los corruptos y evitar que surjan más, aunque sea por temor a la cárcel.

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