Autoprotección y vigilancia...

Algunos lugares de la capital ya van pareciendo pueblos fantasmas, con algunos cuantos dueños de casa que se han quedado por responsabilidades laborales u otros motivos. Es de esperar que los viajeros hayan dejado sus casas bien cerradas, por si las moscas, que se hayan llevado o puesto a buen recaudo objetos de valor, que no hayan olvidado sus mascotas y que hayan tomado todas las previsiones que las autoridades aconsejan. Por supuesto que quienes se fueron y los que nos quedamos, esperamos que las rondas de la policía en las áreas residenciales, y demás, no solo se mantengan, sino que se hagan más frecuentes, para desanimar a cualquier delincuente que se haya quedado también a ‘trabajar' llevándose lo ajeno, que tanto nos cuesta conseguir con el trabajo horado.