No los matemos de olvido...

Alguien dijo que se muere dos veces cuando se parte de este mundo en ese obligado viaje de fin de la vida y, además, quienes quedan atrás, nos olvidan. Llevar en nuestra memoria a quienes fallecen, en muchos casos, exaltar y emular sus buenos ejemplos, es el mejor homenaje de respeto, amor y agradecimiento que podemos dar a quienes ya no están entre nosotros. En esta fecha de recordación solemne de nuestros familiares y amigos fallecidos, y, en caso especial, de nuestros próceres y de todo aquel panameño que hizo de su vida un compromiso por el desarrollo de nuestro país, ponemos nuestras esperanzas en que la presente y futuras generaciones sabremos retomar el camino correcto para seguir los ejemplos de compromiso y desprendimiento de esos buenos ciudadanos que forjaron nuestra República. Nuestra Nación necesita de sus buenos hijos y que no olvidemos a aquellos que ya no están, pero que nos heredaron ejemplos de vida dignos de imitar.