Pésimo ejemplo para nuestros jóvenes...

No paramos de hablar de combatir la corrupción, ‘caiga quien caiga'; no obstante, la única certeza que se obtiene es que... no hay certeza del castigo.

La corrupción ha existido siempre, desde que apareció el hombre, en todas las sociedades; y, de entre las mejores familias (nada que ver con ser acaudalado, sino gente honrada), como de las no tan buenas, salen los ‘pecadores'. Por ello, las reglas, leyes..., que cada sociedad ha ideado para combatirla, y así desalentar a quienes, atraídos por el dinero fácil, crean que pondrán robarle al Estado, o a empresas privadas a o cualquier persona, sin recibir su castigo.

Y son esas reglas, leyes las que dan, o daban, esperanza de que quien comete cualquier delito será castigado ejemplarmente. Pero, entonces vemos cómo un individuo confiesa su delito, lo mandan para su casa y encima con parte del botín. Si bien podemos aceptar que se llegue a acuerdos para lograr algún fin y es legal, lo que no se puede aceptar es que se devuelvan propiedades y dineros de dudosa procedencia, sobre todo cuando han confesado que atracaron al Estado. Hay que revisar esto.