Un activísimo premio Nobel

El mundo siempre necesita dinámicos agentes de paz, pero sobre todo cuando surgen circunstancias especiales de conflicto o genocidio en las que los derechos humanos se encuentran in extremis. A fines de los 90 Kosovo era un pequeño territorio perdido al sur de Europa, bajo el ala de Serbia, literalmente sacrificado por la limpieza étnica de Slobodan Milosevic. Europa acudió en su ayuda y el hoy premio Nobel de la Paz, el finlandés Martti Ahtisaari, fue el enviado especial de la ONU para negociar el estatuto de Kosovo. Logró el fin de los combates y fue el comienzo del proceso por el cual Kosovo, hoy respira. Hombres de palabra y de diálogo como Ahtisaari, ex presidente de su país, viajero y mediador, decididos a cambiar el planeta para mejor, a conseguir acuerdos y a salvar vidas merecen el Nobel, más nuestro respeto y atención.