Los mismos intereses

Obama ha nombrado a Hillary como la jefa de Asuntos Exteriores, y esto, aunado a la conservación de Robert Gates al frente de Defensa muestra no solo que el próximo presidente norteamericano trata evidentemente de ampliar su gobernabilidad por medio del consenso, sino también que de cara al mundo exterior la política de Norteamérica es una. Deberán entender los antiguos adversarios de Bush que los gringos ni van a dejar Afganistán en manos de los talibanes, ni saldrán corriendo de Irak (por mucho que Obama dijera oponerse a la guerra) ni le van a permitir cuatro cosas a Norcorea o a Irán. Es cuestión de geopolítica: no verlo es no entender al gigante... Para Latinoamérica es tema delicado su reacción frente a Cuba, Venezuela, Bolivia o Nicaragua, principales factores de tensión en la zona.