Veinte años después

Hoy se cumplen veinte años de la caída histórica de la muralla de Berlín que durante 28 años mantuvo partido en dos el corazón de Alemania. Aunque ya en las postrimerías de la Unión Soviética, la fuerza simbólica de la caída del muro fue el acelerador que disparó los acontecimientos que condujeron a la transformación de Europa del Este y la desintegración de la Unión Soviética. Hoy, Europa es otra. Las profundas heridas que generaron las dos guerras mundiales y los enfrentamientos étnicos y religiosos han empezado a sanar. Alemania es una sola, indivisible y próspera, y la Unión Europea con 27 países —muchos de ellos pertenecientes a la antigua Cortina de Hierro— constituye el bloque político y económico más sólido del mundo. El camino, sin embargo, aún es largo. Lejos está todavía el día en que Europa y el mundo puedan decirse libres de divisiones, excesos e inequidades. Ojalá esta fecha sirva para no olvidar el pasado y movilizarnos para evitar que épocas tan aciagas se repitan en el futuro.