• 31/10/2010 03:00

No hay de otra

La ciudad capital entrará pronto en una etapa en la que todos tendremos que armarnos de paciencia para poder llegar a nuestros hogares o...

La ciudad capital entrará pronto en una etapa en la que todos tendremos que armarnos de paciencia para poder llegar a nuestros hogares o sitios de trabajo. Todo se debe a más de una decena de pasos vehiculares que se construirán y que a la postre deben aliviar el congestionado tráfico citadino, cada día más insoportable. Pero por décadas la ciudad ha carecido de una planificación urbanística y hoy vemos cómo nuestra urbe es una maraña de problemas: No hay aceras —y las que quedan las ocupan automóviles o pequeños negocios—, no hay estacionamientos, no hay desagües, no hay señalización y ni siquiera relojes, entre otras cosas. En pocas palabras, hoy tenemos que hacer todo junto lo que por años dejamos de hacer a causa de la falta de visión hacia el desarrollo de una ciudad verdaderamente moderna. Aunque será traumático, el reordenamiento de la capital es necesario. No es posible que continuemos promoviendo el turismo con una ciudad tan enredada. Y que esto nos sirva para que no repitamos este problema veinte años más tarde.

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