Control previo

El revuelo por la eliminación del control previo tiene su justificación. La decisión se tomó a la brava, sin preámbulos ni explicaciones. Cierto es que el control previo no es un mecanismo eficaz para evitar la corrupción. Que hoy —en lugar de garantizar la transparencia— obstaculiza la gestión gubernamental. Igual es válido el que no tiene sentido que una misma entidad realice el control previo y el posterior. El problema, empero, no radica en la eliminación de este punto, sino en la falta de confianza. Y el tema viene a pelo cuando en la actual gestión gubernamental se están firmando contratos por miles de millones de dólares. El tema de la eliminación del control previo es digno de debate. No debemos imponer las cosas así por así. Es una cuestión de simple forma, pero son detallitos que influyen en la opinión pública. ¿Qué problema hay en tomar en cuenta a la sociedad?