La criminalidad se ríe

Es lamentable que a plena luz del día y en presencia de cualquier número de personas o testigos se sigan registrando asesinatos al estilo de los sicarios colombianos. El hecho ocurrido ayer dentro de un autobús en la parada de la Usma, en Tumba Muerto, demuestra que los grupos de narcotraficantes que operan en nuestro país en complicidad con panameños se sienten muy seguros, a tal punto que actúan a sangre fría contra sus víctimas y luego se retiran con toda tranquilidad, ya sea en una moto, como fue el caso reciente, o en automóviles casi siempre sin dejar rastros. Este hecho de sangre es a la vez como una carcajada del crimen organizado frente a las acciones que pregona el Ministerio de Seguridad y la propia Policía Nacional en cuanto a que ahora la ciudadanía puede andar más segura en las calles y en sus casas. Incluso porque al final de esta administración se habrá gastado unos mil millones de dólares en materia de seguridad. El mensaje es claro: más que palabras, el problema requiere hechos y resultados reales.