• 11/01/2012 01:00

Prueba de Fuego

Desde un principio, cuando se conoció el caso de la ciudadanía del hoy alcalde capitalino, la ley indicaba que él no podía ser candidat...

Desde un principio, cuando se conoció el caso de la ciudadanía del hoy alcalde capitalino, la ley indicaba que él no podía ser candidato. El Tribunal Electoral permitió que corriera para las elecciones y el hombre ganó en buena lid. Pretender luego quitarle la alcaldía con leguleyadas era cometer un exabrupto mayor, porque en el caso Bosco fue el soberano, el pueblo capitalino, el que habló alto y claro al darle el mandato. Fue así como intervino la Asamblea Legislativa que —en un acto enmendatorio luego del voto favorable que dio el soberano— le devolvió al alcalde su ciudadanía panameña. Ahora la Corte Suprema tiene en sus manos la ratificación de lo actuado por el Legislativo. Hacer lo contrario es cometer un error histórico más grande que el que cometió el Tribunal Electoral al permitir que corriera en 2009, porque en el caso de fallar contra lo actuado por la Asamblea y descabezar a Bosco Vallarino sin hacer lo propio con la vicealcaldesa es torcer el derecho. Y es que la ley es clara cuando dice que lo accesorio corre la misma suerte que lo principal. En todo caso, lo lógico sería que la Corte falle contra la elección del alcalde y su suplente y se ordene el llamado a nuevas elecciones con los otros dos candidatos que se enfrentaron en la contienda de 2009: Miguel Antonio Bernal y Roberto Velásquez. Hacer otra cosa es contrariar la voluntad popular para acomodarla a los intereses del gobierno de turno. Ojalá el nuevo presidente haga valer su palabra de que no tolerará más la corrupción.

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