• 16/03/2012 01:00

Sin Palabra

El presidente de la República, los ministros de Estado, los funcionarios de jerarquía y los diputados panameños ya no deben sorprenderno...

El presidente de la República, los ministros de Estado, los funcionarios de jerarquía y los diputados panameños ya no deben sorprendernos: dicen cualquier cosa y, así mismo, se desdicen sin asumir ninguna responsabilidad pública por sus palabras. Se manifiestan y se desmienten rápidamente con desparpajo y descaro. Ante esta conducta, la falta de fe en las palabras de las actuales autoridades es una consecuencia lógica. Nos vemos obligados a leer entre líneas, a darle crédito al rumor y a escuchar con desconfianza a los servidores públicos. En este contexto se enmarcan las palabras del ministro José Raúl Mulino, cuando habla de ‘irrevocable’, ‘amenazas golpistas’ o de ‘insubordinación policial’. En cualquier otro país, estas graves insinuaciones alertarían a todos los estamentos de seguridad. Pero el gobierno se lo toma a relajo, ellos mismos se han encargado de que todo parezca una trifulca de barrio. El problema de fondo es que a nuestros funcionarios nadie les cree por falta de palabra.

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