• 10/10/2013 02:00

Contra la represión

La represión brutal y sin sentido de la que fueron objeto estudiantes del Instituto Nacional sigue teniendo secuelas y ha levantado un p...

La represión brutal y sin sentido de la que fueron objeto estudiantes del Instituto Nacional sigue teniendo secuelas y ha levantado un polvorín de indignados entre los que se cuentan padres de familia, grupos de intelectuales, cívicos y diversas asociaciones profesionales. Han condenado el uso desmedido de la fuerza contra estudiantes. La indignación nacional surge porque todos tienen claro que esta represión es un peligroso signo de fracaso de la gestión gubernamental, pues cuando el presidente, o algún miembro de su Gabinete, como sucedió en el MEDUCA, recurre a la represión policial como respuesta deja claro en la comunidad la inexistente autoridad, aquella que debe emanar del cargo y no del miedo a la fuerza represora. Pero nada se ha aprendido de estos desatinos políticos. La línea dura del gobierno sigue endureciendo normas y cercenando las libertades educativas. La creación de la Dirección Nacional de Seguridad del Ministerio de Educación, publicada ayer en Gaceta Oficial, es una visión tenebrosa de lo que pretenden: atender las protestas estudiantiles mediante oscuros programas ‘de seguridad y vigilancia’. Educar, no reprimir, clama el país.

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