Mercadear la imagen

La Fiscalía Electoral, que en manos de un ex militante del partido oficialista Cambio Democrático vive sus peores días desde la reinstauración de la democracia, ha tenido la idea de que gastando dinero de los contribuyentes en artículos promocionales y programas de televisión puede mejorar su deteriorada imagen. No, señor Fiscal, se equivoca usted otra vez. La mejor manera de granjearse una percepción positiva es a través de las actuaciones institucionales a que está llamada la Fiscalía Electoral. Impedir que se utilicen recursos públicos en apoyo directo o velado a candidatos de los partidos de gobierno, sancionando ejemplarmente a los responsables de hacerlo, sería la mejor, si no la única manera de que usted rescate algo de la imagen de la institución que fue colocada bajo su responsabilidad. El resto es cosmético y no ayudará en nada. Al contrario, de concretarse los contratos directos que ha otorgado para propósitos de promoción vacía, se seguirá horadando el nombre de ese despacho, importante coadyuvador del Tribunal Electoral, más cuando estamos a las puertas de las elecciones generales del 4 de mayo.