• 02/03/2015 01:00

Nueva etapa opositora

Diferencias internas le siguen restando al PRD la visión nacional que toda organización política debe tener

Un adecuado análisis de todos los excesos que se van conociendo de la pasada administración llevaría no solo a responsabilizar a quienes detentaban el poder —algo que no puede dejar de hacerse—, sino también a preguntarse cuál fue el rol de la oposición y si supo desempeñar sus responsabilidades, que en una democracia conllevan la fiscalización y el control de la gestión gubernamental. Tal vez el balance será igual de exigente con los partidos de oposición durante el pasado periodo, como lo está siendo con el Gobierno anterior. Ahora, el Partido Revolucionario Democrático (PRD), en una reunión durante el fin de semana, ha mandado un mensaje contradictorio. Por un lado, intenta distanciarse del Gobierno, reduciendo el tono al llamado ‘pacto de gobernabilidad’ por ‘acuerdo legislativo’ y dando la impresión de que saldría a ejecutar un plan de acción de oposición. Pero, en la misma sesión, demuestra que su prioridad se centra en alcanzar la presidencia del Órgano Legislativo. Para obtener esa posición deberá mantener la cercanía al Gobierno y, por ende, la aceptación de las propuestas del Gobierno. La actual dirigencia del PRD parece no comprender que, para la democracia, cumplir las funciones de la oposición es igual de importante que las de Gobierno. Todo lo que se observa es que las diferencias internas le siguen restando la visión nacional que toda organización política debe tene r.

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