Merecido reconocimiento

A Ricardo Arias Calderón podemos definirlo como ‘un ideólogo a prueba de todo'. Su pensamiento, actuación, beligerancia y activismo social le convierten en uno de los principales hombres de la política panameña de las últimas cuatro décadas. Atado por el vínculo indisoluble del ser nacional, Arias Calderón es una figura de un indiscutible valor histórico, comparable con quienes en su momento forjaron la nación panameña; elevado a una estatura superior; de aquel que educó en las aulas universitarias, y se forjó en la lucha ciudadana por devolvernos la democracia. Tras una vida consagrada al servicio público, la educación y el rescate de los valores del civismo y la democracia, Ricardo Arias Calderón recibió del presidente de la República, Juan Carlos Varela, la Orden Manuel Amador Guerrero en el Grado de Gran Cruz, la máxima distinción que el Estado confiere a quienes, como él, demostraron su liderazgo en la razón, y en la práctica. Para un servidor de la Patria, un ciudadano digno, ejemplar y sobre todo, visionario de mejores días, excepcional actor, participante y testigo de la historia panameña, el homenaje en vida resulta poco para agradecerle a Ricardo Arias Calderón habernos enseñado el valor de la palabra ‘libertad', llevándola al sublime templo reservado para quienes, con ideas, viven por toda la eternidad.