Inundaciones en la capital, una tarea pendiente

Con cada lluvia fuerte, quienes se ven precisados a conducir sus vehículos por las calles de la capital del país siguen siendo víctimas de inesperadas inundaciones. son cada vez más apreciables y considerablemente negativas, para una ciudad que se vende internacionalmente como un importante centro de negocios, con una logística y tecnología de avanzada, además de lo que más se afecta: una amplia conectividad. Lo sucedido en Condado del Rey, una barriada donde habitan familias de una clase media importante, es muy similar a lo que ocurre en la avenida Frangipani cada vez que una lluvia torrencial se deja sentir. ¿De quién es la responsabilidad de esta situación? Del propio ciudadano, para comenzar, al no tomar conciencia de que al no dispensar correctamente la basura obstruye los desagües que se desbordan e inundan las calles. Si a esto se le agrega el mal proceder en aquellas construcciones que no hacen una disposición adecuada de sus desechos, llegamos a la conclusión de que un problema perfectamente evitable, ha hecho crisis por negligencia. ¿Una solución? Multar a los infractores tiene un efecto inmediato, pero pasajero; más bien, deben enfocarse los esfuerzos hacia una planificación a mediano plazo y el fortalecimiento institucional de aquellas entidades que tienen que ver con el asunto, identificando tres aspectos básicos: prevención, planificación y alternativas. Es un proceso donde solo la voluntad, la aceptación pública y un compromiso de las autoridades puede terminar con un mal ya recurrente, e incómodo, desde todo punto de vista.