Rescate de la CSS: costo político y social

Evitar el colapso económico de la Caja de Seguro Social —CSS— acarrea dos tipos de costos: el político, para el Gobierno que decida enfrentar el problema, y el social, por las implicaciones que tiene para el cotizante cualquier figura que sugiera aumentos en las cotizaciones y la edad de jubilación. Es claro que la institución necesita oxígeno, principalmente, el de Invalidez, Vejez y Muerte —IVM—, cuyas reservas para pensiones, de acuerdo con estimaciones oficiales, podrían agotarse completamente en los próximos diez años. Precisamente, hace una década, se dio el último gran diálogo nacional para salvar financieramente la entidad, que terminó, luego de protestas y graves estallidos sociales, en una reforma en la Ley Orgánica y un nuevo modelo en el sistema de pensiones. Llama la atención, por tanto, que el propio presidente Juan Carlos Varela haya señalado que está dispuesto al diálogo y a concertar un acuerdo que sostenga una de las más importantes instituciones del país. Y ya adelantó su propuesta: usar fondos que genere al Canal ampliado para estabilizar el fondo de pensiones. La pregunta es ¿será soportable en el tiempo esta idea?; y además, ¿es conveniente hacer esto? De estas respuestas, puede depender mucho de lo que podría ser el futuro de la Caja de Seguro Social, entendiendo además que en esto también se involucra el sacrificio que quien cotiza también tendrá que hacer, para no llegar a un colapso de insospechables consecuencias.