El Gobierno nacional ha anunciado inversiones por más de mil millones de dólares en su Plan Quinquenal de Inversiones que incluye la ampliación de la carretera Interamericana, el cuarto puente sobre el Canal y la Línea 3 del Metro, además de otras obras menores, como son los tres puentes vehiculares sobre el río Potrero, en Arraiján. Todo ello tendrá el efecto de incrementar el desarrollo de negocios y asentamientos en esa congestionada área, con el consiguiente incremento de la demanda de servicios de salud, educación, agua potable, viviendas y de recolección de la basura. Sin los ingredientes señalados, ya de por sí están prácticamente en crisis todos esos servicios. Como lo revelan las protestas y los tranques por pobladores del sector en demanda de solución a sus necesidades. No es un secreto que los últimos Gobiernos se han caracterizado por falta de capacidad para planificar las obras y sus efectos en la población y en la demanda de servicios. El pasado Gobierno llegó al extremo de planificar un mercado central sin carretera de acceso ni servicio de agua potable y un aeropuerto en río Hato sin un estudio previo de demanda. El actual Gobierno tiene tiempo suficiente para planificar debidamente las acciones que deberá acometer, no solo para resolver los problemas que ya abruman a esas poblaciones, sino para prevenir el caos social que podría producir a futuro la falta de planificación.

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