La teoría económica nos enseña que el Gobierno es clave en impulsar el crecimiento económico y mantenerlo sostenible. En la obra ‘El papel del Gobierno en el desarrollo económico', Joseph Stiglitz señala que el Gobierno cuenta con seis herramientas para alcanzar ese objetivo: promover la educación, promover la tecnología, apoyar al sector financiero, invertir en infraestructura, prevenir la degradación ambiental, y mantener la red de seguridad social. Esa es la teoría cuando el entorno internacional mantiene un crecimiento aceptable. Pero cuando la crisis es global y afecta principalmente a países que impulsan el comercio mundial, entonces el crecimiento nacional tiende a contraerse, algo que afecta a Panamá luego de varios lustros de alto crecimiento. En tales condiciones, se cuenta con herramientas especiales para sostener el crecimiento, sin tener que depender del entorno. Esas herramientas se inician por la aplicación de un vigoroso programa de inversiones públicas, facilitado por unas finanzas públicas sanas, y pasa por la licitación acelerada de las obras, su pronta ejecución y el pago oportuno de ellas conforme a los términos pactados. El dinero así liberado contribuye a activar el consumo y mantener fluido el crecimiento. Este mismo principio se aplica en la contratación de servicios prestados al Estado. La norma se aplica no solo al Gobierno central y las instituciones autónomas, sino a los Gobiernos municipales. Contrario sensu, si el Gobierno dilata las licitaciones, la ejecución de las obras y el pago a los contratistas, se contrae el crecimiento y caemos en la crisis que afecta hoy día a países vecinos.

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