Hemos dicho que uno de los grandes problemas de nuestro país está en la Asamblea Nacional, que no juega su papel de contrapeso, porque, como sus diputados son presa fácil de las dádivas y sobornos del Ejecutivo, aprueban de todo por las partidas circuitales. Eliminar de la Constitución la elección de diputados circuitales y cambiarlo por diputados provinciales y nacionales, es el principio de la solución a todos nuestros males. El otro cambio muy necesario, es que la selección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, tenga unos requisitos más exigentes que los de hoy. Por ejemplo, los requisitos son únicamente los de tener no menos 35 años... Como nuestra legislación establece que el término del magistrado de la Corte Suprema de Justicia dura solo diez años, una persona que entra a los 35 años de edad, a los 45 todavía necesita trabajar para sostenerse. Es obvio, que a lo largo de su magistratura, ese magistrado es tentado por múltiples ofertas a cambio de sus fallos y la espada de Damocles es la preocupación de cómo sostenerse después de la Corte y con el mismo nivel de vida que mantiene con su cargo. La tentación es absolutamente fuerte y nadie duda que, casi siempre, son víctimas de esa manzana prohibida, por ende la justicia es chueca desde la cabeza hacia los pies en el Judicial. Una fórmula para contrarrestar este problema es elevando el requisito de edad mínimo, por lo menos a 55 o 60 años y que el cargo sea de 20 o 25 años. Así, ese magistrado no tendrá la preocupación de cómo mantener su estatus de vida después que deje el cargo.

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