Servicios públicos y negocio

En la última década del milenio pasado, Panamá otorgó al sector privado el manejo de importantes servicios públicos. Podemos estar de acuerdo o no con tal iniciativa, pero en lo que no debemos tener discrepancias es en que en algunos de estos servicios, en especial el eléctrico, los panameños pagamos más de lo que deberíamos pagar. Si analizamos lo que pasó con el desmantelamiento de la planta de refinamiento de petróleo en Bahía Las Minas, la promesa fue que el combustible nos iba a bajar por la competencia. El resultado fue que todas las estaciones tienen el mismo precio y siempre por encima de lo que debiera ser... El problema de todo es que los Gobiernos, cuando asumen, piensan en el negocio y no en los ciudadanos. Así las cosas, dejan de prestarle atención a los servicios públicos que aún conserva el Estado y crean crisis. La razón de esto es fomentar la necesidad de eficiencia a través de la empresa privada. Pasa con los medicamentos de la Caja de Seguro Social, donde no hay forma de que un jefe de compras esté al día con las medicinas, porque siempre hay que hacer compras directas dada la escasez. Crea la crisis y fomenta la necesidad de compra urgente y directa, porque el negocio es primero. Ahora viene la crisis del agua potable, donde ya se habla de tercerizar la producción del vital líquido porque el Idaan no puede. Otra vez el negocio primero. Ya es hora de que la sociedad exija respeto y exija también a los gobernantes de turno que cumplan con su deber. No estamos en contra de la empresa privada; de lo que estamos en contra es del juegavivo.