• 14/07/2017 02:00

Derecho a la rebelión...

Salir de la burbuja sería lo pertinente, para reconocer la realidad y actuar en consecuencia.

El 14 de julio 1789, con la toma de la Bastilla, se puso fin al absolutismo, iniciándose la Revolución francesa. Muchos afirman que el lema de la revuelta fue ‘libertad, igualdad y fraternidad', omitiendo, tendenciosamente, el concepto que originó el levantamiento; es decir, la rebelión contra el orden instituido por la monarquía; el despotismo. Hoy, se conmemoran 228 años de esa épica gesta; sin embargo, la historia sigue repitiéndose con falsos demócratas; farsantes que emplean cualquier recurso para imponer su voluntad a los pueblos, cuyos intereses afirman salvaguardar. La mayoría, que sufre las consecuencias del Estado fallido, no cree en palabras huecas, en estadísticas amañadas ni en encuestas manipuladas cibernéticamente, que pintan un escenario de fantasía. No por encubiertas, las iniciativas lesivas a la ciudadanía pasan inadvertidas. Tan criminal es robar descaradamente como hacerlo con engaños. Por ello, como se consigna en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ‘los delitos de los mandatarios del pueblo y de sus agentes no deben quedar jamás impunes'. El marqués de Lafayett dijo: ‘Cuando el Gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes'. Salir de la burbuja sería lo pertinente, para reconocer la realidad y actuar en consecuencia.

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