Acuerdo nacional

Ya en la sociedad panameña, la necesidad de una nueva Constitución es un tema madurado. Todos los sectores hablan de que es algo apremiante, lo único en que difieren es en la forma de lograrlo. Y es que, si queremos entrar a la segunda década del Siglo XXI con paso firme y camino hacia el desarrollo, debemos fortalecer nuestro pilar más importante que nos regula como sociedad: la Constitución. Sin embargo, una nueva Constitución, a través de una Constituyente, requiere antes de un gran acuerdo nacional. No se trata de establecer en una nueva Carta Magna lo que le interesa solo a un sector. Tiene que ser un documento emanado del consenso, que se sostenga en el tiempo y sirva de soporte por los próximos cincuenta o cien años. Este gran acuerdo nacional tiene que tener el apoyo y participación de todos los sectores de la sociedad y el Gobierno, claro está, es actor importante. En ese sentido, cabe la necesidad de que se instale esa gran mesa de diálogo y establecer inmediatamente un calendario para la elección de los constituyentes y la votación de la nueva Constitución. Si esto amerita cambiar el calendario electoral, hay que hacerlo, porque flaco favor le hacemos al país realizando elecciones en el 19, si todavía tenemos una Constitución que permite que los desmanes contra la cosa pública sean pan de todos los días. Así como se ha madurado la idea de la necesidad de una nueva Constitución, los actores civiles, políticos, gremiales, laborales y cívicos, deben ir pensando en que es apremiante este gran acuerdo nacional. No nos llevan a ningún lado la división y odio que se están generalizando en nuestro país. El gran acuerdo nacional es lo que se impone.