• 08/05/2018 02:00

Tres cambios fundamentales

El problema radica en quien designa o ratifica a esos hombres y mujeres que deben hacer cumplir la Ley

Todos quieren un nuevo país y para lograrlo, se deben tener reglas claras. La Constitución de la República es la Carta Magna, que guarda los más caros principios que reglamenta un Estado de derecho. Muchos dicen que no se necesita cambiar la Constitución, que lo que se necesitan son hombres y mujeres honestas que hagan cumplir las leyes. El problema radica en quien designa o ratifica a esos hombres y mujeres que deben hacer cumplir la Ley. Así, el Legislativo ratifica y el Ejecutivo designa. Pero está harto comprobado que el Legislativo se subordina al Ejecutivo, porque sus miembros son clientelistas y se venden al Gobierno a través de contratos, partidas, nombramientos, etc. Por eso hay que tener una nueva Constitución, que cambie la manera de conformar la Asamblea Nacional. Que los diputados, en lugar de ser circuitales, sean nacionales o provinciales. Otro de los cambios necesarios es que los magistrados de la Corte Suprema sean personas no menores de 55 años y que su cargo sea vitalicio. Así se evita el cálculo del presidente de turno, a la hora de designar un nuevo magistrado o que el magistrado sea presa de tentaciones, porque se le terminó el período y tiene que trabajar para poder seguir viviendo. Un tercer cambio fundamental es establecer la segunda vuelta, pues qué sentido tiene que el presidente o presidenta sea electo con menos de la mitad del electorado. Esto solo se logra con una nueva Constitución.

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