Difícil, pero no imposible

Muchos hablan sobre la educación y las grandes deficiencias en Panamá. Muchas también son las fórmulas de solución, pero la realidad es que ninguna se concreta. Por el contrario, son décadas de abandono, décadas de bombardeo de malas prácticas, bombardeo para el consumismo… Décadas de ataques a los docentes. Décadas de promoción de educación fácil y rápida para lograr un título universitario. Décadas de promoción para el florecimiento de lo permisivo. En el período revolucionario se masificó la educación, pero eso también hizo que la educación bajara de calidad. En definitiva, la tarea por delante no es fácil, pero imperdonable no emprender su rescate. La educación nace en el hogar, razón por la cual la sociedad en su conjunto tiene que volcarse a trabajar en cada casa. Los niños tienen que aprender en cada hogar los valores morales. Tienen que saber dar los buenos días. Ser humildes. Ser sinceros. Un niño con valores sólidos desde su hogar, es garantía de un adulto ejemplar. Con la educación no hay que inventar la rueda o gastarse millones de dólares. Se necesita un cambio de actitud de la propia sociedad; que vuelva moda la honradez, el respeto, la dignidad, etc. En la escuela, los maestros deben darle una buena base en matemáticas o ciencias; deben enseñarlos a leer correctamente; a pensar... La educación no se resuelve con millones de dólares, sino con voluntad de la propia sociedad. Urge hacer de la educación una moda.