Un absurdo

La libertad de expresión es un derecho humano sagrado. Y es que coartar la libre expresión es aprisionar el pensamiento crítico de las personas. Los medios de comunicación escritos abren espacio a las diversas corrientes y pensamientos, para que expresen su pensar sobre los diversos hechos. Está establecido y así lo entienden las diversas personas que los escritos que aparecen en la sección de opinión son responsabilidad de las personas que los escriben. Los medios escritos solo facilitan el espacio; le abren la oportunidad para que las diversas personas opinen. Por dos escritos sobre el expresidente Ricardo Martinelli, expuestos por personas que opinan en este diario y en El Siglo, el exmandatario nos ha puesto dos denuncias por calumnia e injuria, so pretexto de que el cuerpo directivo de este diario y sus editores son responsables por el supuesto daño que le han causado a su honra. El absurdo de la denuncia solo tiene asidero en una persona que no valora el sacro derecho humano que significa la libertad de expresión, o producto del asesoramiento de abogados que, aprovechándose del expresidente, solo quieren lucrar a costa de Martinelli. A las autoridades corresponde rechazar de plano estas denuncias y así mandar un mensaje contundente a todos aquellos que atenten contra la libertad de expresión y que para ellos ejercer este derecho solo corresponde a ellos. ¡Absurdo!