- 22/10/2019 00:00
Nueva Constitución
Lo más importante que ocurre en el país hoy, producto de los disparates de los diputados que —cual cirujanos— diseccionan la Carta Magna, es que el tema entró a debate en la sociedad. Sin embargo, mucha gente se basa en la importancia del método para una nueva Constitución, lo cual es absurdo, pues es similar a que el comensal se fije más en qué plato viene servido, que en el filete que se iría a comer. Lo importante no es el método de la reforma; lo importante es el contenido de la reforma. Ilógico es pensar que una nueva Constitución sería inédita, pues todas se basan en la anterior, la trasanterior, etc. Lo importante es el contenido y en una nueva Constitución panameña lo que hay que atender son temas puntuales de la justicia, el Legislativo y el centralismo del Ejecutivo. Uno de los síntomas, mas no la enfermedad como algunos creen, es la corrupción e impunidad en el país. La verdadera enfermedad del país es la falta de controles y es eso lo que hay que potenciar en la nueva Constitución. Porque la falta de controles es lo que propicia la corrupción. ¿Por qué tiene que ser un magistrado mayor de 50 años y estar 25 años en el cargo y muy bien remunerado? Porque es un control lógico a la hora de que lo tienten. ¿Por qué elegir diputados provinciales y nacionales? Porque se minimiza el clientelismo que luego permite que ese diputado sea comprado por el Ejecutivo... Los diputados están prácticamente legislando en las reformas constitucionales, metiendo ripios como decía el doctor César Quintero, lo que abre las puertas a que se utilice otro método para hacer los cambios a la Carta Magna. ¡Así de simple!