• 27/12/2019 00:00

Arando en el mar

Hay que mirar lo que pasa en otras latitudes y evitar ese dolor de cabeza.

Pareciera ser que históricamente los que tienen el control del poder no han querido poner en práctica los buenos consejos. Desde hace décadas se habla, entre otras cosas, de la necesidad de acabar con la deforestación, el despilfarro, el endeudamiento pernicioso, la impunidad, la delincuencia y enrumbar la administración pública por senderos de meritocracia, eficiencia y dignidad para los funcionarios. Tener como pilar del desarrollo país, la educación, promover la justicia social para reducir la pobreza y el hambre y así frenar una explosión social. Sin embargo, es más fuerte el deseo individualista del enriquecimiento fácil y el juega vivo de pequeños grupos, en detrimento de los objetivos de la solidaridad entre los asociados. El tiempo pasa y los problemas persisten. Ya hemos visto en otras latitudes la incapacidad de los que detentan el poder para ver a tiempo las consecuencias nefastas de políticas excluyentes, que generan graves perjuicios para todo el país. Lo peor es que cuando ven el desastre cerca, esos mismos que fomentan el caos, huyen con sus riquezas y se radican en dorados destinos. En cambio, los que siempre son marginados ante las injusticias sociales siguen siendo las víctimas de las graves crisis por los problemas acumulados y de difícil solución. De allí que se hace impostergable un cambio de mentalidad colectiva para no seguir arando en el mar. Hay que mirar lo que pasa en otras latitudes y evitar ese dolor de cabeza.

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