En estos días ha conmocionado el despido por una junta disciplinaria, del ex subdirector de la Policía Jacinto Gómez. Y es que desde hacía años, una decisión como esta no se realizaba en este ente policial y menos de una figura de tan alto escalafón. Pero al margen de este caso en particular, la Policía y los demás entes de seguridad de Panamá, han tenido un comportamiento que, lejos de garantizar su estabilidad, respeto, disciplina y admiración, se han convertido en entes proclives a la corrupción, al juega vivo, a la indisciplina, etc. Es urgente, entonces, hacer una purga general en los entes de seguridad públicos del país, porque en algunos casos nos encontramos con agentes de rango trabajando para los delincuentes. No es una cuestión de ahora; viene de años y el mal ha crecido hasta convertirse en un cáncer para la sociedad. Panamá no tiene los rangos como internacionalmente se conocen de General, Coronel, etc. En su lugar están el Cominionado y el Subcomisionado, pero proporcionalmente aquí hay más de esos generales y coroneles que en cualquier ejército del mundo. En pocas palabras, se multiplican a la orden del presidente de turno, quien por congraciarse, asciende a diestra y siniestra, afectando la meritocracia, la disciplina, la estabilidad y el respeto que debe primar en estas instituciones de seguridad. Urge esa purga y así como se hizo con el comisionado recién destituido, debe hacerse con todos aquellos que han logrado ascender al más alto nivel sin merecerlo. ¡Así de simple!

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