• 11/01/2020 00:00

Un cambio para la justicia

Opinión editorial del 11 de enero de 2020

Panamá experimentó hace unos años el Sistema Penal Acusatorio (SPA), pero lejos de hacerse las cosas como debían hacerse desde el principio, el sistema cayó en manos de algo incongruente con la justicia: la inestabilidad de sus funcionarios. Y es que muchos de los jueces del SPA empezaron con una espada de Damocles, porque sus fallos estaban a merced de una llamada. Esta amenaza pendía de su decisión, porque estaba en juego su estabilidad en el cargo, pues no estaban nombrados en propiedad. ¡Algo inverosímil! Aparentemente la Corte Suprema de Justicia ha dado un vuelco para solventar este grave problema y ha prometido estabilidad, independencia y autonomía en el nuevo sistema. Hace unos días, tres nuevos magistrados entraron a la Corte Suprema de Justicia, dos de ellos a la Sala Penal que maneja el SPA. Ya se anunció que al menos 30 puestos de magistrados de Tribunales Superiores y de Apelaciones del Órgano Judicial serán sometidos a concursos con las reglas de la Carrera Judicial. Es un paso positivo en el adecentamiento de la justicia, que no puede seguir sometida a los caprichos de la corrupción. Panamá, para poder alcanzar el grado de desarrollo, está obligada a tener un sistema de justicia confiable y no uno de desconfianza que nos ha regido desde hace años. La decisión de la Corte, con estos cambios, es un gran paso en el camino correcto. Todavía falta, empero, el Tribunal de Integridad y Transparencia, que debiera ser la siguiente decisión a corto plazo de la nueva directiva. Esperamos que nos sorprendan nuevamente.

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