Los seres humanos son o no son. Lo son, aquellos que su vida la dedican a transformar, porque con sus ideas mueven los hilos del mundo, de un continente, de un país... Macro A. Gandásegui, hijo está entre esos hombres cuyo pensamiento transformador marcó a Panamá. No importa si usted compartió alguna vez una opinión suya o simplemente lo adversó, porque no estaba de acuerdo con él. Lo que sí es seguro es que tocó a mucha gente; tocó al país... El viernes, Marco A. Gandásegui, hijo nos dijo “hasta luego”. Quizás fue reclamado por Dios o los señores del infinito, porque allá en el firmamento se estaban volviendo muy de derecha y necesitaban de un Marco para que atemperase a los cabecicalientes. Y es que ese era Marco, un hombre que se graduó de periodista y luego se especializó en Sociología. Por años escribió en La Estrella de Panamá y siempre se le respetó su espacio, porque nutría a la sociedad con sus múltiples aportaciones. Marco era un intelectual de izquierda, pero no esa gente radical que dice ser de izquierda, pero cuando ven un dólar lo aman más que al mismo Marx. Marco era un intelectual de izquierda a carta cabal. Vivió una vida rica, no de cuestiones materiales, sino de amor por su patria, por su pueblo, por la sociedad de abajo... Dedicó su vida a la docencia y aportó como ningún otro, tanto en el campo académico como en la producción de libros. Se nos fue un patriota, se nos fue un amigo. ¡Gracias, Marco, por tu gran aporte a Panamá!

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