Si hay algo cierto es que el coronavirus ha cambiado totalmente al mundo. ¡Y Panamá no es la excepción! El coronavirus ha sacado lo bueno de la gente, pero también lo peor y en términos políticos, la lucha por el poder está en su mayor apogeo. Lo triste es que se valen de la desinformación como herramienta de ataque y hasta los cuestionados por corruptos ahora exigen transparencia. El refrán de “en río revuelto, ganancia de pescadores” se aplica hoy a la perfección. El Gobierno del presidente Laurentino Cortizo sí tiene que dar un giro de timón, porque está perdiendo conexión con la gente. Los casos de corrupción que se han presentado deben ser investigados y a los responsables, aplicarles todo el peso de la Ley. Pero lo más preocupante es que la lucha del poder está creando un caldo de cultivo peligroso. Y es peligroso, porque están forzando la campaña política desde este momento, provocando un descontento generalizado. Lo peor es que esto puede llevar, no a los objetivos que esperan los agitadores políticos, sino a abrirle una ventana a los extremistas. Panamá es un país con una gran oportunidad para desarrollarse y salir bien librada de esta pandemia, pero la lucha por el poder político está haciendo perder el norte del país. ¿Qué pasa si producto de este riesgo-país Panamá pierde su grado de inversión? Hay mucho por perder en este momento, pero muchos están jugando con fuego. ¡Así de simple!

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