• 13/07/2020 00:00

A la vanguardia de la ciencia

Opinión editorial del 13 de julio de 2020

La salud es primordial para el desarrollo de un país. Fue justamente la fiebre amarilla, una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, la que impedía la construcción del Canal. Es decir, la salud de la población y de los trabajadores era primordial para llevar adelante semejante obra de ingeniería. William Crawford Gorgas, un cirujano del ejército de Estados Unidos, aprendió, junto al Dr. Walter Reed, de un médico cubano, Carlos Finlay, quien descubrió y demostró que el mosquito Aedes aegypti transmitía la fiebre amarilla y sentó las bases de la comprensión con respecto a la prevención a gran escala y la vacunación contra esta enfermedad. Hoy, la carrera contra el coronavirus tiene a las poblaciones de cada país en una especie de competencia. El primero que abre, el que tiene menos muertes, el que tiene menos contagiados por millón, etc. Pero el coronavirus no está para ridiculeces. Se mueve a sus anchas infectando y matando personas. No importa su religión, estatus social o ciudadanía. Panamá, que ya sufrió los embates de la fiebre amarilla, tiene la gran oportunidad de producir una vacuna contra el coronavirus. Es por eso muy importante que se concreten las negociaciones con los diversos investigadores y, a través del Instituto Conmemorativo Gorgas, participen del estudio de vacunas contra el coronavirus. ¿Por qué nuestros científicos no serían capaces de desarrollar una vacuna? Claro que lo son, más cuando Panamá ya desarrolló un reactivo para diagnóstico del coronavirus. Lo más importante es que Panamá se pondría a la vanguardia de la ciencia, para orgullo de todos y, sobre todo, para salvar a su población de esta terrible pandemia. ¡Así de simple!

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