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- 05/08/2021 00:00
Olímpicos
Una vez más, los panameños quedamos con un sabor amargo por nuestra participación como país en los Juegos Olímpicos. Quizás tengamos más promotores deportivos, pero cuyos cargos ya se enmarcan con vergüenza, porque quien lo ostenta sabe que lo tiene por la influencia de un político y no porque en realidad esa sea su especialidad. Y mientras nos gastamos millones de dólares en la planilla de estos “promotores”, la verdadera formación de nuestros atletas está en el abandono. Hace unos meses vivimos una pelea por la dirección del Comité Olímpico de Panamá, pero no para mejorar el deporte y elevarlo a la cumbre del Olimpo, sino por el control de esta organización, que garantiza viajes y privilegios. Es la triste historia de nuestros dirigentes, mientras los atletas siguen huérfanos de apoyo estatal y de las organizaciones que viven de ello. Gracias Gianna, gracias Atheyna, gracias, Alonso, y gracias a todos los atletas que nos representaron en Tokio 2021. Ustedes, con su esfuerzo y dando la cara por Panamá, se han ganado el oro, porque han luchado con esmero y dedicación, aun cuando no se les apoya. Panamá tiene que cambiar el rumbo en materia deportiva y dedicar recursos a la formación de atletas de gran rendimiento. Hay que invertir en instalaciones de gran nivel y traer los mejores entrenadores. Como país lo merecemos, porque si queremos presentarnos a las Olimpíadas de 2024, que sea con atletas bien formados aquí y no solo por la inversión que hagan otros países por atletas panameños. ¡Así de simple!