Dejemos la quejadera

El 11 de octubre de 1968 marcó un antes y un después en la vida política de Panamá. Y es que el golpe de Estado fue la consecuencia del descontrol, la corrupción y la avaricia de los políticos de la época. La lucha por la soberanía estaba al margen del manejo del Estado, porque los políticos de ese entonces, so pretexto de esa lucha por la soberanía, azuzaban esas expresiones, pero ellos se mantenían comiéndose las riquezas del país. Ya han pasado 53 años de aquel momento y hoy, como ayer, el país sigue a la deriva. Políticos que hablan de luchar por el bien del país, pero la realidad es que su lucha es por llegar al poder y aprovecharse de la riqueza del país. Seguimos con indicadores vergonzosos sobre la pobreza, pobreza extrema, desigualdad, pobre educación, inseguridad, etc. Hay que cambiar el chip y dejar de exponer los problemas que tenemos. Lo que hay que hacer es decir cómo los vamos a resolver; actuar en vez de quejarnos y establecer una imagen objetivo de hacia dónde queremos llegar. Los boxeadores sueñan con un título del mundo, los beisbolistas aspiran a subir a las Grandes Ligas y los futbolistas quieren llegar al Mundial, jugar con los grandes, solo por dar algunos ejemplos. ¿A dónde queremos llegar como país? Seguir con la quejadera es mantenerse en el error. ¡Así de simple!