• 09/11/2021 00:00

Nicaragua sin los Ortega

“Ante tanta injusticia, no queda más que reclamar, como […], […] Rubén Blades terminaba su canción Tiburón […], “Nicaragua sin Somoza, presente”. Ahora, […], debemos reclamar: Nicaragua sin los Ortega”

Los grandes retos que impone el periodo pospandemia en materia de salud, economía e igualdad social, para el mundo entero, pero en especial para los países donde las franjas de pobreza son tan grandes e indignantes, hacen inaceptable que regímenes autocráticos se impongan a sus pueblos para beneficio de unos pocos. Nicaragua ha ido deteriorando todas las condiciones de su población desde que, año tras año, al regresar Daniel Ortega al poder decidió imponer un Gobierno autoritario que desconoce las más elementales normas democráticas y que, en los últimos años, ha pasado a la represión más burda contra todo aquel que se atreva a levantar su voz contra la imposición y la conculcación de las libertades. Sin respetar la mínima libertad de expresión, forzaron la salida del obispo Silvio Báez, reprimieron con dureza cuanta protesta ciudadana se hizo sentir, para luego pasar a impedir el normal desempeño de los medios de comunicación y con triquiñuelas ir cerrándolos o haciendo imposible su trabajo. Luego, cada ciudadano que levantó su mano para aspirar a participar en las elecciones fue detenido con algún subterfugio para terminar privado de su libertad y coartado su derecho a participar. Porque a las dictaduras nos les gustan la competencia ni las voces disonantes. Para consumar la tosca farsa del domingo pasado, que ni fueron elecciones ni eligieron legítimamente a nadie. Ante tanta injusticia, no queda más que reclamar, como en la década de los ochenta del siglo pasado, el cantautor Rubén Blades terminaba su canción Tiburón y mencionaba uno a uno los países latinoamericanos, al mencionar la patria de Rubén Darío, “Nicaragua sin Somoza, presente”. Ahora, con el mismo ahínco, debemos reclamar: Nicaragua sin los Ortega.

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