El 'like' narciso

Vivimos en tiempos de simulacro, de postureo y de mostrar cada paso que damos. Los álbumes virtuales –Instagram, Tiktok y Facebook– son ese espacio donde el individuo casi siempre alimenta su ego. Buscar la aprobación de otros no es un fenómeno nuevo, el ser humano siempre la ha buscado en el círculo de amigos, colegas o familia, pero ahora con las redes sociales se hace más palpable. El número de seguidores y, sobre todo, la cantidad de likes o “me gusta” se convierten en un termómetro de popularidad. Una investigación de la Universidad de California revela que hay determinados circuitos neuronales, sobre todo en los adolescentes, que se activan al ver “me gusta” en sus redes sociales. Los resultados obtenidos destacan que frente a un “me gusta” de Facebook o Instagram se activan las mismas regiones cerebrales que cuando ganamos dinero o comemos algo que produce placer, como el chocolate. Evidenciaron, además, que un número reducido de likes podría ser negativo a nivel psicológico y causar frustración. Lo preocupante es que en esa constante búsqueda de aprobación aparezca la adicción, unida a actuaciones que rocen tanto la ridiculez como peligrosos retos que son cada vez más frecuentes. En este escenario se impone la supervisión constante de los padres a los hijos para que entiendan el valor de la intimidad. Hacer consciente al joven de lo tirano que puede ser un “me gusta” y así evitar problemas de autoestima y ansiedad. De esta modernidad extraña hay que sacudirse.