Elixir de locura

Los Carnavales nacieron como una fiesta cuyo objetivo era sacar del cuerpo la lujuria y las veleidades del diablo antes de entrar en la abstinencia y la penitencia de la Cuaresma. Celebrados en varias ciudades del mundo, con el paso de los años, sin embargo, han perdido su sentido religioso para convertirse en una derroche de locura que, atizado por grandes dosis de alcohol y en algunos casos de droga, constituye para las municipalidades donde se realiza un verdadero desafío en términos de su capacidad de garantizarle a los ciudadanos la seguridad y la tranquilidad a la que tienen derecho. Panamá no es ajena a ello. Es frecuente que estas fiestas se ensombrezcan por accidentes ocasionados por los excesos: de alcohol, de irresponsabilidad. Invitamos a celebrar y carnavalear con alegría, con entusiasmo, pero con conciencia y responsabilidad.