• 30/03/2014 01:00

Cartas desde España: Los Indignados

Una mirada a las recientes protestas en España. 

Querido Director: Estoy seguro de que ha contemplado unas imágenes que han dado la vuelta al mundo, donde se ve cómo una turba de individuos encapuchados y armados de palos, navajas, punzones, bengalas y sobre todo, grandes adoquines arrancados de la vía pública, causan 69 heridos entre las fuerzas de policía española que el pasado lunes intentaron controlarlos en la Plaza de Colón de Madrid. No hace falta que le diga que todos los bancos y oficinas de la zona fueron apedreados, y parcialmente incendiados. Me duele tenerle que comunicarle que el famoso Café Gijón, en el Paseo de Recoletos, ha quedado destruido. Esa turba que dice ser anticapitalista, se olvidó de que el Café Gijón es desde hace más de un siglo, un lugar de reunión de intelectuales y artistas, fundamentalmente de izquierda.

Indignado significa: ‘Estar vehementemente enfadado con alguien’ y en efecto, en España y fundamentalmente por cuestiones económicas, hay muchos millones de indignados, que primero lo demostraron echando a Zapatero del poder y propinándole al PSOE una derrota histórica. Ahora, un 2 o 3% de esos indignados con razón, se manifiestan con mucha frecuencia en las calles de Madrid y terminan intentando asaltar la sede central del Partido Popular, hoy en el Gobierno. Se da el paradójico caso de que los políticos de derecha encargados del orden público, cargados de complejos y en evitación de críticas, dan orden a la policía de no resolver con contundencia estos gravísimos desórdenes.

El portavoz de estos violentos indignados es un individuo de nombre Willy Toledo que en su día fue actor, bastante malo, por cierto y que en un acto de gran dignidad, se fue a vivir a Cuba el mismo día que Rajoy ganó las elecciones. Después de convocar una rueda de prensa para comunicar tan heroica decisión, explicó que abandonaba España porque este país no tiene democracia y se iba a Cuba, donde según él, desde el 1 de Enero de 1959 se vive en una democracia plena, bajo la dirección de los hermanos Castro. Como en Cuba no trabaja, aunque vive en una casa del Estado y todos los meses viene a España, por supuesto en clase ‘Business’, el saber de qué vive y de dónde gasta, se ha convertido en un misterio nacional.

A este gran poeta de la libertad le acompaña en la punta de las manifestaciones otro individuo muy curioso de apellido Sánchez Gordillo, que resulta ser el secretario general de un llamado ‘Sindicato de Obreros del Campo’, con sede en un pueblo de la provincia de Sevilla que se llama Marinaleda. Este buen señor, que es alcalde de ese pueblo, reúne en su discurso la parte que de demagogia tuvo el sindicalismo de los siglos XIX y XX y así, ha ocupado varias veces fincas propiedad de la Duquesa de Alba, asaltó supermercados varias veces y ha salido corriendo con carritos llenos de comida para después, lógicamente ser detenido por la Guardia Civil y descubrir que esos alimentos no iban destinados a los pobres, sino que los repartía entre su familia, que gracias a los cargos que él les ha dado en su pueblo, viven muy cómodamente.

Quiero que sepa, que la gran crisis internacional y la mala gestión de los gobiernos Zapatero liquidó gran parte de la clase media española, que se ha proletarizado y que tiene todo el derecho y el deber de estar indignada, pero le aseguro que estos actos violentos y vandálicos, mirados con cierta simpatía por algunos medios de comunicación extranjeros, van a provocar que la inversión extranjera y en parte, el turismo, vitales para España, se retraigan y no apoyen las buenas cifras macroeconómicas que el Gobierno Rajoy ya ha conseguido.

Y para terminar, le contaré un chiste: Esta Patxi mirando la lista de vuelos y se le acerca Iñaki, que le pregunta: - ¿Dónde vas? Y Patxi le contesta: Me da igual. Tengo negocios en todo el mundo. ¡Así somos los de Bilbao!

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