• 24/05/2015 02:00

Enemigo público # 2: El azúcar y el JMAF

Probablemente hemos escuchado en las noticias que el azúcar es dañino para la salud.

Probablemente hemos escuchado en las noticias que el azúcar es dañino para la salud y como resultado muchas personas interesadas en mantenerse saludables cambian al jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) como un endulzante más seguro. Sin embargo, ambos son igualmente nocivos para la salud.

Parte de lo que hace que el azúcar sea tan insalubre es que se metaboliza en grasa en el cuerpo. La carga total de metabolizar el azúcar recae en el hígado, que al saturarse de azúcar la convierte en un tipo peligroso de grasa corporal, la cual se acumula en la región abdominal y se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.

Además, el azúcar engaña al cuerpo aumentándolo de peso y engaña al metabolismo apagándole el sistema de control del apetito. El azúcar no estimula adecuadamente la insulina, que a su vez afecta la grelina (‘hormona del hambre') y la leptina (‘hormona de la saciedad'), que en combinación hacen que las personas coman más y desarrollen resistencia a la insulina. Igualmente, el azúcar conduce rápidamente al aumento de peso y obesidad abdominal, disminuye el colesterol HDL, aumentan el colesterol LDL, eleva los triglicéridos y aumenta la presión arterial, es decir, el síndrome metabólico clásico. Con el tiempo, las personas que consumen productos azucarados desarrollan resistencia a la insulina, que no solo es un factor subyacente de diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón, sino también muchos tipos de cáncer.

Según estudios científicos, el azúcar es ‘isocalórica, pero no isometabólica'. Esto significa que, a pesar de que tiene la misma cantidad de calorías que, por ejemplo, las proteínas, el efecto metabólico del azúcar es totalmente diferente, a pesar de la idéntica cantidad de calorías. Y además, debido a que la mayoría del azúcar se consume en forma líquida (sodas y bebidas azucaradas), sus efectos metabólicos negativos se multiplican.

Pero peor que el azúcar es el JMAF, que, pese a que tiene aproximadamente la misma cantidad de fructosa que el azúcar, la molécula de fructosa se encuentra en su forma ‘libre' y no conectada a ningún otro carbohidrato. En los estudios de laboratorio utilizados para la aprobación del JMAF, las ratas y conejos tratados con sodas y bebidas azucaradas mostraron marcadores de mayor riesgo de diabetes y enfermedades cardiacas, pero los que fueron alimentadas con fructosa ‘libre‘ tuvieron una interrupción significativa de homeostasis de la glucosa. Lo que significa que fueron las que desarrollaron el riesgo más elevado de diabetes tipo 2.

Los problemas de salud más representativos de las personas que consumen una alimentación alta en azúcar incluyen obesidad, artritis, niveles altos de triglicéridos y colesterol, diabetes tipo 2, gota, presión arterial alta y cáncer. La recomendación estándar del consumo de azúcar es de 25 gramos por día; sin embargo, el consumidor promedio utiliza tres y hasta cinco veces esta cantidad, así que la llamada de atención es válida para que la mayoría de la gente reduzca esas cantidades de manera considerable. Y por supuesto, nunca pensar que otras formas de azúcar son menos tóxicas, porque todas son dañinas para la salud a largo plazo. Ni el azúcar blanca refinada ni el azúcar de caña, azúcar de dátil, azúcar de coco, jarabe de arroz, melaza, jarabe de maple, sucanat, sorgo, turbinado o jarabe de agave mejorarán cualquiera de los riesgos, ya que todos ellos contienen grandes cantidades de sacarosa. Igualmente, intentar substituir azúcar por el JMAF, como lo han hecho los fabricantes de sodas y bebidas azucaradas, es parecido a suicidarse con una espada en vez de meterse un tiro con una pistola: el resultado es el mismo.

Está claro que si las personas quieren promover salud y prevenir enfermedades, el primer paso es minimizar el consumo de productos azucarados. Y esto es precisamente lo que hacen actualmente empresas como Nestlé, Coca Cola y PepsiCo al modificar su portafolio comercial y lanzar productos a segmentos más saludables. De allí que cada día crecen más sus ventas en agua embotellada, mientras ven bajar su negociado histórico de sodas y jugos procesados.

Es lógico pensar que si alguien desea eliminar o reducir radicalmente el riesgo de algunas enfermedades, entonces debe tomarse en serio su responsabilidad de restringir el consumo de azúcares.

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