• 19/10/2014 02:00

Pedro Rivera: una aclaración necesaria*

Para octubre de 1968, no tenía ninguna inclinación política y estaba estudiando en la Escuela de las Américas en Fort Gulick

A ún recuerdo aquellos años en que fuimos institutores, pero nuestras vidas tomaron direcciones opuestas cuando marché a estudiar a Venezuela la carrera militar. Aunque tenía mis inquietudes, era más tranquilo que otros compañeros, no era dado a situaciones de extrema como solían manifestarse muchos estudiantes de la época. Mis padres me mandaban a estudiar y no a ser ‘revolucionario’, según sus propias palabras y pude distinguirme en mis estudios en Venezuela, entre 67 cadetes que nos graduamos, entre ellos otros dos panameños que llegaron conmigo. No me considero fascista ni comunista, pues mis padres, un pequeño comerciante y una maestra de escuela, me enseñaron desde temprana edad a no tener confianza en ninguna de las dos ideologías, según explico en mi libro ‘PANAMÁ... 20 años después’.

Para octubre de 1968, no tenía ninguna inclinación política y estaba estudiando en la Escuela de las Américas en Fort Gulick, Zona del Canal de entonces... Me sacaron de allí para encargarme del control de una manifestación de Damas Arnulfistas, misión que llevé a cabo sin darle un golpe a nadie, con la utilización de un artefacto contra-incendios, que habiendo sido utilizado como una sorpresa, dio por terminada una manifestación, sin la necesidad de utilizar la fuerza bruta. Esto es récord público y está en los diarios locales e inclusive en la prensa extranjera que cubría las noticias de Panamá. Una de esas publicaciones dice que una manifestación en Panamá fue sofocada con ‘polvos de harina’, que no es cierto, pues usé un extinguidor corriente de incendios. Tampoco es cierto que fui un ‘golpista’, pues hice recomendaciones al Sr. Ministro de Gobierno, para evitar un golpe de Estado y prever que la situación tomara otros rumbos, pero yo era parte de la Fuerza Pública y no político, por lo que permanecí en ella mientras otros corrieron a refugiarse en la Zona del Canal, como si se sintieran responsables. De esto hay testigos y no es parte de una ‘novela’, como algunos malintencionados suelen decir por ahí.

Consumado el golpe de Estado, se ofreció al Pueblo una serie de promesas, de las cuales ninguna se cumplió y viendo que cierto tipo de delincuencia, relacionado al tráfico de drogas tomaba su camino, el presidente en ejercicio, José M. Pinilla, y su vicepresidente, tomaron la decisión de retirar a Omar Torrijos de la comandancia de la Guardia Nacional, pero poderosos intereses ejercieron su influencia y, por medio de Nicaragua, se le dio ayuda para regresar, porque habían compromisos internacionales, aun cuando algunos lo nieguen. Yo apoyé al presidente Pinilla y pagué el precio, pues fui torturado a golpes y quedé preso junto con otros. Pero logré idear un plan de fuga, que algunos dicen que fue ‘preparado’. ¿Preparado bajo una lluvia de balas, que hicieron impacto en el vehículo de la fuga sin cesar, que por fortuna no hirió a ninguno de nosotros? ¿Fue esto preparado o sería una emboscada? Lo que me costó tres meses y medio en preparar.

Tus escritos se asemejan a un jardín sembrado de bellas flores y plantas saludables, sin nombrar la mala hierba, la pega-pega, la pica-pica y otras como la ortiga, representadas en el tráfico de drogas, personas desaparecidas, torturas, los vuelos de la muerte y muchos otros. Es evidente la desaparición del sacerdote Héctor Gallego, cuyo cuerpo nunca ha sido encontrado y que me hace pensar en la real fe de un católico que dice ser ‘torrijista’ y que se acerca a la iglesia a prender una vela... ¿A quién se la prenderá con preferencia, al sacerdote o al dictador?

Es evidente, como mencionas tú, que se hicieron cosas relevantes, pero no se pueden ignorar los hechos completamente fuera de la Ley que se llevaron a cabo y como medida de engaño, se llevó a cabo un plebiscito que tiene como inclusión el Artículo 277, que era necesario para darle poderes de Jefe de Estado al dictador, para que lograra representar a Panamá despojándolo de su soberanía. Es cierto que Panamá logró la autonomía sobre el Canal y sus territorios, pero de un solo plumazo fue despojada de su soberanía lograda en 1931.

A algunos panameños no les importa, porque dicen ‘... que prefieren a Panamá bajo la tutela de EE. UU.’. O bien, como lo dijera el dictador: ‘Bajo el paraguas del Pentágono’. Sin embargo, ya hemos visto los resultados con los daños de una invasión foránea que, según la Iglesia Católica murieron unos 396 panameños, aunque muchos torrijistas sostienen que fueron ‘miles de muertos...’. Entonces pregunto yo: ¿qué hemos ganado con la aceptación de esa protección? ¿Otros miles de muertos, cuando a nuestro protector se le ocurra ver algo malo?

*EN RESPUESTA AL ARTÍCULO ‘EL 11 DE OCTUBRE: 46 AÑOS DESPUÉS’, DE PEDRO RIVERA, DOMINGO 12 DE OCTUBRE DE 2014.

**CORONEL RETIRADO, EX JEFE DE ESTADO MAYOR, ANTIGUA GUARDIA NACIONAL.

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