• 13/02/2011 01:00

Carta al presidente y a los diputados: escogencia del defensor (a) del Pueblo

Al iniciar el escrito, no puedo dejar de manifestar lo orgullosa que me siento de ser panameña y el inmenso amor que siento por mi país;...

Al iniciar el escrito, no puedo dejar de manifestar lo orgullosa que me siento de ser panameña y el inmenso amor que siento por mi país; hoy por hoy podemos indicar con veracidad que contamos con un país de oportunidades, en donde los que nos esforzamos por ser correctos panameños y panameñas debemos tener oportunidades. Tierra inmensa por la grandeza de su pueblo, donde vale la pena prepararnos y luchar para ser partícipes y artífices del desarrollo de nuestro país, aún haciendo frente a la dificultad de ser mujer y que nuestra historia republicana nos indica que las oportunidades para nuestro género son escasas.

En estos días se está llevando a cabo, una vez más, la oportunidad de atender y he sido la primera en postularse como aspirante al cargo de defensor (a) del Pueblo, cargo de gran responsabilidad, porque de acuerdo y por orden Constitucional en su Artículo 129 de nuestra Carta Magna hace referencia a que ‘La Defensoría del Pueblo velará por la protección de los Derechos y Garantías Fundamentales consagradas en la Constitución, así como los previstos en los Convenios internacionales de Derechos Humanos y la Ley’ e igualmente hace alusión a desarrollar los mecanismos de seguimiento a las omisiones de los servidores públicos y servicios públicos de manera tal que sean respetados. Los requisitos de los postulantes deben estar claramente enmarcados en el artículo 130 de nuestra Constitución Nacional e inclusive cumplir con lo que establece la Ley 7 de febrero de 1997, reformada por la Ley 41 de 2005.

De veras que los requisitos, de cumplirse, sería el colaborador a servicio de los ciudadanos, ideal; siempre y cuando cuente e inclusive con preparación profesional y trayectoria; es menester indicarles que la responsabilidad de ostentar el cargo en mención va más allá del simple cumplimiento de requisitos de Ley, es donde entra el pensar que Panamá requiere y se merece colaboradores comprometidos, honestos y que como premisa de funcionamiento sea el servir y entender que se encuentra para el ejercicio de una de la labor más importante que puede lograr un ciudadano profesional, el ser DEFENSOR DE SUS CIUDADANOS.

Los derechos de nuestros ciudadanos son los Derechos Naturales de los mismos, desde el momento que deposita su existencia como parte de la sociedad y ciudadano en un funcionario (a) con la esperanza que va a desarrollar todos los mecanismos que debe saber como canalizarlos para coadyuvar y buscar soluciones por medio de la Mediación y ser conciliador, sin intereses políticos, porque se desvirtuaría absolutamente la función que posee la figura de la Defensoría del Pueblo.

Señor presidente y señores diputados (as) es de sustancial importancia que tomen la decisión correcta, en tomar en consideración y dejando a un lado la preponderancia y nexos políticos, sentimentalismos y decidan dar la oportunidad a la mejor profesional o al mejor, de acuerdo a los méritos inmersos en la preparación profesional y trayectoria, para lo cual es claro que no es solo suficiente contar con buena voluntad para ocupar el cargo, y que de acuerdo a la escogencia equilibrada se permita desarrollar el trabajo que requiere la Defensoría del Pueblo a servicio de los ciudadanos.

Una vez más se encuentra en sus manos la responsabilidad del verdadero cambio, oportunidad de género y escoger de forma correcta al defensor (a) del Pueblo.

Recordemos siempre, Panamá es de todos y no dejemos nada por hacer, si podemos, noble y justamente.

*ABOGADA Y CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA.

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