• 03/09/2011 02:00

Neurosis comercial política

MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.. La praxis política local definitivamente ha sufrido un deterioro ideológico y metodológico democrático...

MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.

La praxis política local definitivamente ha sufrido un deterioro ideológico y metodológico democrático en todos los partidos. Las supuestas ideologías democráticas han sido solo caricaturas después de la dictadura torrijista. Veintiún años de adoctrinamiento en el temor, la corrupción los antivalores, la violencia el salvajismo globalizado y la distorsión de conceptos sagrados como nacionalismo y derechos humanos han llevado a nuestra juventud y en general al electorado a una mercantilización, sumisión y desinterés por los principios, la filosofía, la sociología y la historia. El resultado es el vergonzoso caos que hoy vivimos.

El fracaso del torrijismo de intentar copiar el ultra nacionalismo bravo de Arnulfo Arias en defensa de la dignidad y la independencia nacional, que, para los militares, fue solo un disfraz, que al fin nos dejó bajo el paraguas del Pentágono y expuestos a las intervenciones militares de USA, según los tratados aprobados por Torrijos. Igualmente condicionantes de esos tratados nos limitan acciones soberanas de los ingresos del Canal e indujeron a gobiernos posteriores a negociar nuestra posición geográfica a los mercaderes internacionales de tierra, puertos, playas, bancos, etc; sin dejar claramente establecido que esas inversiones fueran estables para dejar desarrollo agroindustrial local, empleo, capitales nacionalizados y un pensamiento efectivamente panameñista en defensa digna y valiente de nuestro país. Desafortunadamente esa trayectoria ha permanecido en el tiempo con la impunidad en los crímenes y enriquecimientos ilícitos, sin buscar un nacionalista y democrático entendimiento con justicia social e indemnizaciones para todas las víctimas en el país.

‘Cuando los comerciantes se toman los partido los destruyen’, frase de Arnulfo Arias.

Los negociados, venta de tierras, contratos (Pérez B.) y ventas de autopistas (Martinelli), megaconstrucciones sin transparencias auditada por la Contraloría, fallas administrativas y de registros, inversiones internacionales que protegen sus efectivos monetarios y se llevan las divisas generadas por nuestros productores, trabajadores y consumidores. Con versiones diferentes de operaciones mercantiles consecuencias de una ejecutividad acelerada, que si bien es creativa, deja dudas de los reales costos, calidad, utilidad y beneficios útiles para la población.

El progreso social dado por los subsidios a la educación, la tercera edad, la energía y el transporte y vivienda en el programa panameñista, no se ha reflejado aun con Martinelli en una seguridad alimenticia ni en un aumento de la producción agropecuaria, para reducir el costo de la canasta básica, ni en un control del mercado intermediario que atenta contra una adecuada y justa distribución de las riquezas producidas por la población.

La ejecutoria ministerial de Juan Carlos Varela en ningún momento fue cuestionada profesionalmente. Acompañó al presidente en decenas de viajes, mantuvo al país en un adecuado nivel de prestigio. Sin embargo, internamente en su partido se le hizo ver que descuidaba la atención y organización interna. Por su ‘respeto’, ‘cortesía’ y ‘caballerosidad’ fue mencionado a veces como débil, ingenuo, cándido, poniendo en riesgo la dignidad, el prestigio, la verticalidad, firmeza y valentía de los pronunciamientos y bases ideológicas de su propio partido.

Contaminándose de desviaciones de otros grupos, se siguió un criterio sectario que ha atentado contra la unidad monolítica de los panameñistas de todos los sectores. Y la atención justa a sus desaparecidos y perseguidos. La innegable influencia del dinero, los negocios exóticos, las faltas de transparenta ante la ciudadanía, el periodismo, los sindicatos, las etnias y los grupos cívicos. La agresividad, soberbia, autoritarismo, ambiciones descontroladas, han hecho del gobierno una fórmula peligrosa para la libertad, la democracia, la institucionalidad, la estabilidad y el progreso económico, logrados luego de años de esfuerzos; y que pudieran ser desestimados por la economía mundial, por actitudes y conductas inestables, agresivas, de desequilibro emocional, de maniáticas e incoherentes posturas de poder, de permanencias electorales inconstitucionales, de faltar a la palabra empeñada, de choques innecesario e inoportunos. Con las corrientes políticas serias.

El asesinato de indígenas, las leyes antiambientales, el desatender a los gremios de trabajadores, la no atención a asesores, ministros, personeros del gobierno, el trato inadecuado, a veces soez, las contradicciones, los cambios abruptos de criterio, los bienes ocultos han traído un desenlace definitivamente perjudicial para la historia, la estabilidad, el progreso, la paz y la felicidad del país.

Las indefiniciones, las excusas y explicaciones mutiladas, las demagogias, la publicidad, las corrupciones ocultas por chantaje, extorsión, amenazas, las especulaciones, no han hecho sino profundizar la desconfianza, la frustración, la crítica a los partidos, los gobierno y los políticos.

Una depuración, autocrítica, modernización y valiente ética de los órganos de justicia, electoral, legislativo, de los empresarios honestos, de los trabajadores y de los partidos políticos podrá retrotraer la necesaria honestidad, la cordura, la decencia, el respeto, la salud mental y la moral, que el esfuerzo y sacrificio de los mártires y los héroes que nos antecedieron se merecen. Y luego, superando las ambiciones neurótica por la fascinación del poder, ponernos a trabajar, llenarnos de valor y pasión para el desarrollo de todos en el país con justicia social, especialmente para lo más humildes e ir institucionalmente a un efectivo trabajo por un Panamá Mejor.

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